Este nuevo juego
Las madrugadas de velaciones y semana santa eran a tu lado. Me llamabas por mi nombre y te respondía con silencios. Eran más de 65 años, pero eras una niña. Éramos dos niños frente a varias velas. Éramos dos niños siguiendo la procesión de las 5 de la mañana. Era en tu pueblo, y era con tus amigas de toda la vida. Éramos los dos y ese viento cariñoso.
Allí me llamabas por mi nombre y me dabas un sol para mi gaseosa. Allí cosías mis medias y me lavabas la ropa. Me ibas a ver jugar y gritabas mi nombre desde las gradas del coliseo. Allí me cocinabas mala rabia y tomábamos chicha en la casa con bandera blanca. Éramos dos niños.
Y sé que aún no te olvidas de mi nombre. Sólo te lo has clavado en el pecho para tenerlo allí siempre. Ahora me llamas de otra manera. Sólo hemos inventado un nuevo juego de niños. Tú lo propusiste. Y yo encantado sigo jugando contigo.
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