lunes, 5 de noviembre de 2007

La vela color canela

Quería decirle muchas cosas. Decirle, por ejemplo, que conocerla fue un disparo, una sacudida. Decirle también que hubiera querido mirarla con más desparpajo y ser más osado, pero que de alguna manera la prudencia me llevó a experimentar una gran explosión de sensaciones tan solo con su cercanía. Y finalmente contarle que los abrazos de despedida siempre fueron idealizados. Por lo general resultaron ser gestos de bienvenida. Como si todo fuera un espiral y no un círculo, como dijo ella. Quería decirle que la vela de mi mesa de noche la hicieron con cera color canela, y nadie ha podido apagarla al soplar. Tal vez ese ha sido el secreto para cumplir tan bien su función: alumbrarme en silencio. Todos los días de mi vida.



Quería contarle también que hay algo inconcluso, y que seguramente se concretará cuando tengamos cojones. Cuando dejemos de ser tan maricones. O quizá no: quizá la virtud de esta historia sea su condición interrumpida, y tal vez está bien que el círculo no se haya cerrado, porque así puedo pensar que alguna vez sucederá.

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3 Comentarios:

A la/s 8/11/07 1:40 a. m., Anonymous Anónimo dijo...

porque sacaste de mi cosas q nadie pudo, porque logré de ti cosas q nadie podrá jamás... porq nuestro círculo no es círculo, ya dije: es espiral... porq no compito con nadie (en este tema yo soy la de ganar --tenía q decirlo--), porq no compites con nadie... y talves, alguna vez sucederá.

 
A la/s 14/11/07 4:21 p. m., Anonymous Anónimo dijo...

y yo soy la Única loca que le tiene tanta fe a toda esta locura de ustedes dos, ustedes no, ustedes no sé yo...
ay mis mongolitosssss...
(está demás que firme, sólo me importa que tú lo sepas)

 
A la/s 24/11/07 12:03 p. m., Blogger ManoNegra dijo...

genial, pelao, fuera de wadas, genial.

 

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