De la final de la Champion me quedó la imagen de la antesala en
ESPN. Los tres comentaristas tenían de fondo el imponente Partenón griego. Recuerdo que le dije a
morris "la combinación del fútbol y de esta maravilla griega es espectacular." Una imagen que quedará para el comentario eterno.
Y del partido, lo dije ni bien terminé las dos latas de cerveza que tomé esa tarde: el Liverpool hizo el gasto, pero el negocio fue azurra. Así es. El
Milan ganó teniendo como estrategia una vieja y conocida forma de jugar de los italianos. Es decir, no hubieron secretos. Defender bien y esperar los espacios para el contragolpe. Por su parte, los reds con un planteamiento también notorio: impedir que el Milan estuviera cómodo en el centro del campo y no pudiera salir con claridad.
Dos goles de Inzaghi y a celebrar como se debe. Un triunfo que confirma el buen momento del fútbol italiano: campeones del mundo y campeones de la Champions League. ¿Cómo se daba vuelta a la historia del mayor escándalo de manipulación de partidos que hace poco vivió el fútbol de dicho país? Sólo con resultados. Ganando y en silencio.
Etiquetas: Al deporte también dile sí
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