viernes, 13 de abril de 2007

Paga tu cuota nomá

El aula 212 nunca estuvo tan fría. Afuera la gente sonreía y miraba al viento. Por dentro, estoy seguro, todos tenían "cosillas". Y ya eran las 9:10 de mañana. Requejo estaba adentro con nuestros sueños de universitarios próximamente graduados en su laptop. La reunión empezaba. No eran olimpiadas, ni preparativos para la verbena. No nos reuniamos para planificar un curso ni una fiesta. Déjenme decir que era la reunión "de la carrera". Imposible de olvidar.


Hace una semana un rumor diabólico se apoderó de los alumnos de 5to año y de los posibles graduados de la Facultad de Comunicación. Esos comentarios decían que muchos de nosotros no se podían graduar este año porque los créditos necesarios para alcanzar el grado de bachiller habían aumentado a 236 y, sobre todo, porque para hacerlo se requería dejar pendientes como máximo 10 créditos, entre obligatorios y electivos. Aquí el problema, pues la gran mayoría debe para el próximo año dos cursos, que suman entre sí, 13 créditos. (Más datos en el post de FuJiMorris "Fascinante pero cruel" http://hperuanax.blogspot.com/) .


Luego de varios días con la cabeaza rota de tanto pensar, el Director del Programa Académico, nos citó a una reunión para aclarar los detalles. Supongo que las constantes preguntas de los alumnos lo deben haber obligado a tomar esta decisión (esto me trajo de inmediato a la mente el Seminario de Gestión de la Comunicación en tiempo de crisis que estoy llevando). El proyector indicaba en la pared del aula el título "Plan de estudios 2003". Nos comíamos las uñas, por dentro.


A mi lado gallito y al frente morris con la diu. Más allá william william, el chino y la ale. Adelante alex y la palas. La primera esperanza retumbaba el salón: "los créditos requeridos son 234". Minutos después la segunda y definitiva luz: "te gradúas dejando los créditos que te falten" (no sólo los 10 como máximo). Luego preguntas y más preguntas. Luego respuestas y más respuestas. Pero lo esencial ya estaba decidido. Ceremonia y fiesta a fin de año. Larala larala.


Las caras cambiaron de a poquito. Las manos estaban más quietas. El alma estaba más tranquila. Morris ya no le dirá a sus viejos que no pasa nada este año. El chino no sólo se graduará de diseñador gráfico el próximo semestre. William William bailará a forro en diciembre. Alex recibirá un billetón y la cadena prometida por su abuela. La Ale y la Palas ya no estarán angustiadas. Y hasta el negro tiene posibilades de hacerla linda. Y vamos,,,puede que hasta el pata lorni también la haga. Así es pues. Paguen sus cuotas nomás. Esta situación PrOcEdE.


















jueves, 12 de abril de 2007

Los Goles Rojos

Al Manchester United le bastaban 2, pero 7 saben más rico. No lo pensaron, ni siquiera lo soñaron despiertos, pero los 7, aún así, vinieron solos. O, en realidad, vinieron desde arriba. Desde la mismísima tribuna. Aquella que anuló por completo a la Roma de Italia. Sí. En esta etapa hubo una goleada de aquellas. Sí. Un 7 a 1 que no es el resultado de un partido de la Copa Perú. Sí. Un 7 a 1 en semifinales de la Champions League europea.

Pa' bravo yo

El Teatro de los Sueños estaba repleto. Sir Alex Ferguson masticaba como siempre el chicle con sabor a nada, su cábala para los partidos desde hace más de 25 años al mando del equipo inglés. Arriba, las camisetas rojas de los hinchas ingleses tampoco presagiaban lo que vendría. El primer gol de la noche británica llegó desde fuera del área. La furia roja comenzaba la fiesta.

Lo que sigue es tal vez uno de los poquísimos momentos en los que he sentido que una tribuna hace los goles. Con el primer gol, la gente empujó endemoniada. Y no era la Bombonera argentina. Los pases entre los rojos no los detenía nadie. Un balón dividido en la cancha de los “reds” inició todo. Tres pases seguidos terminan en los pies de Rooney, éste en primera cede el balón a Giggs, quien a su vez se la entrega a Addams. Todo está consumado. Golazo en el arco italiano.

Aquí viene lo mejor. La televisión mostraba a la gente gritando sin cesar. Niños, viejos y extranjeros estaban encendidos. El “olé” se escuchaba mejor que nunca en aquel masticado español de los ingleses. Y el tercero en la valla italiana estaba cerca. Un nuevo balón es recuperado por Carrick en el centro de la cancha. Por derecha aparece abierto nuevamente Giggs, centro al ras del área romana. Y Rooney convierte el gol de un sólo toque. Error. Las tribunas rojas y su presión anotaron el tercer gol en un lapso de 8 minutos. Lo que todos dirían después: “Meter presión y agobiar al rival”. Una goleada impensada. Pasa hasta en Champions. Y se viene el Milan en semifinales.